lunes, 11 de abril de 2011

MI CONFESIÓN/ORACIÓN

Hace unos días en mi lectura regular, encontré algo que al solo leerlo, lo disfrute como pocas cosas, ya que comunica gran parte de mi sentir hoy con respecto a mi condición con respecto a mi Dios y la oración de mi alma. Al cual le hice ajustes para hacerlo enteramente mío y quiero compartirlo contigo hoy:

Mi Señor, creador de todas la cosas y al que amo solo en respuesta a que Tu me amaste primero.

Soy totalmente dependiente de Tí, y de valor incalculablemente menor que Tú, y ese es el comienzo de mi gozo, ya que solo soy un esqueleto lleno de polvo, pero animado por el aliento que me has dado y ren

acido y
renovado solo por el poder de tu gracia.

Estoy profundamente convencido del mal y de la desdicha del estado pecaminoso, de la vanidad de las criaturas; pero también estoy convencido de la suficiencia de Cristo (y Su sacrificio y resurrección).

Cuando Tú quisieras guiarme, yo me dirijo

Cuando Tú quisieras ser mi soberano, yo me gobierno

Cuando Tú quisieras cuidarme, yo me protejo a mí mismo

Cuando debo depender de Tú provisión, yo mismo me abastezco

Cuando debo someterme a Tu providencia, sigo mi voluntad

Cuando debiera estudiar, amarte, honrarte y confiar en Tí, me sirvo a mi mismo

Yo censuro y corrijo Tus leyes para que se adapten a mí; en vez de mirarte a Ti, busco la aprobación del hombre, y por naturaleza soy idólatra.

Señor, mi principal propósito empieza en que mi corazón vuelva y se quede en Ti para siempre.

Convénceme de que no puedo ser mi propio dios, ni labrar mi propia felicidad; ni puedo ser mi propio cristo para restaurarme el gozo, ni puedo ser mi propio espíritu, que me enseñe, me guíe, me gobierne.

Ayúdame a comprender que la gracia hace todo esto mediante la providencial aflicción, la cual siempre esta diseñada y controlada por Ti, y tiene un propósito para mi bien y de los que te amamos: y cuando creo o tiendo a tomar lo que solo es crédito tuyo, tu me abates, porque me amas y sabes que nada me puede saciar y llenar mas que Tu.

Cuando las riquezas son mi ídolo, Tú me las quitas;

Cuando el placer es mi todo, Tú lo conviertes en amargura.

Quítame la mirada errante, el oído curioso, el apetito avaro, el corazón carnal.

Muéstrame que ninguna de estas cosas puede sanar la conciencia herida, ni sostener una estructura tambaleante, ni saciar la sed del sediento, ni redimir un pasado, ni darle sentido a un presente, ni asegurar un futuro, sino SOLO TU.

Entonces, llévame a la cruz, y déjame allí, y aquel día resucítame contigo para estar siempre a tu lado para adorarte por siempre, porque SOLO TU ERES DIOS y eres digno, ya que todas las cosas son tuyas, y por ti y para ti existen.

Te amo Dios, y necesito de tu ayuda y cuento contigo para que transformes cada día mi vida, de tal forma que todos puedan ver que CRISTO ES MI TESORO, enaltece Su nombre en y a través de mi vida, y has lo que tengas que hacer para que eso pase. Te pido esto en ese NOMBRE que tu has puesto sobre todo nombre y en el único que hay salvación, mi Salvador Jesucristo, Amén.

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