jueves, 2 de octubre de 2008

José (Dios Cuida tu espalda). enviado por Lia Foote

Recuerdo que de adolecente, aún antes de realmente dar mi vida a Cristo, me había facinado la historia de José, ya que a los 17 años comenzó una trayectoria, que se me hacía de película. Pero hace algunas semanas, leí esta historia otra vez, y me impactaron varios aspectos de su carácter de José.

En corto, la historia de José (que empieza en Génesis 37), comienza con José siendo el consentido de su papá, que entre otras cosas, provoca a celos a su hermanos, y terminan vendiendolo a Egipto como esclavo.

La verdad es que José era consentido, y nunca había tenido que realmente ser responsable. Pero al ser vendido a Egipto, es obligado por primera vez a realmente trabajar, y ganar el respeto de los que le rodean. Al ser vendido a Potifar, un oficial del Faraón, Dios prospera a José, y llega a ser mayordomo de la casa de Potifar.

Sigue la historia, que hasta este punto, de alguna manera, parece que le va bien a José. Pero entonces, la esposa de Potifar le echa ojo a José, y le empieza a incitar a pecar con ella. Pero José rechaza su oferta y huye de ella. Termina José siendo acusado falsamente de intentar violarla.

Me imagino a José, sabiendo que era inocente, y que había hecho lo correcto, y queriendo redimirse delante de Potifar. Pero no lo hace. Y lo echan en la carcel.larla.

¿Nunca te ha pasado algo similar? No digo que exactamente así, sino que te encuentres en una situacion de ser acusado, sabiendo que hiciste lo correcto, pero no parece estar dando la recompensa el hacer lo correcto? Yo creo que lo que mas quería José era defenderse, y no lo hizo así, sino que lo entregó en manos de su Abogado—Dios.

José, está el en la carcel, y otra vez, Dios lo prospera, y llega otra vez a cierta “eminencia” (dentro de lo que cabe), y el jefe de la carcel lo pone a cargo de todos los prisioneros. Me resalta que José no se puso a lamentar su situación, ni quejarse con los otros presos de la injusticia que se le había hecho. Se puso a trabajar, en donde Dios lo había puesto.

Esta parte de la historia termina en que después de varios años de espera, y a traves de varios eventos, José llega a estar delante de Faraón, y Dios le da la interpretación un sueño que nadie mas pudo interpretar. Faraón pone a José como gobernador de todo Egipto.

Ahora, recordando cuando José estaba siendo acusado injustamente en la casa de Potifar, no defendió sus derechos, sino que lo soltó en manos de Dios, que Dios hiciera como El quisiera. Y vemos que muchos años despues, Dios honra eso en José, y lo pone en un lugar de honra.

Hay dos conceptos que quiero resaltar:

1.- José dejó que su Abogado lo defendiera, no buscando cuidar sus espadas, sino dejó ese trabajo a Dios.
En Éxodo 14:19, habla de cómo el ángel de Jehová se puso atrás de el campamento de Israel, entre ellos y sus enemigos. Cuidaba sus espaldas. Lo mismo hizo Dios por José, solo que José tuvo que esperar.

2.- José no buscó enaltecerse sino que lo soltó y dejó que Dios se encargara.
Mateo 23:12 dice:
“Porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.” (Reina Valera 1960).
Si tu te humillas, o aceptas la humillación que Dios te permite pasar, Él te levanta. Lo que pasó con José, fue humillante para el, porque era un hombre honrado e íntegro, pero acepto la humillación que Dios le puso. Si no lo hubiera hecho así, no habria podido cumplir con el propósito de Dios para el, que lo vemos al final de la historia, cuando en una hambre, salva a su padre y sus hermanos.

José dejó que Dios hiciera lo que era Su plan, y no trató de hacer su trabajo de Dios. No trates de hacer lo que Dios hace, porque Él lo hara mucho mejor que tu.

José fue un joven de fé, dispuesto a darle las riendas a Dios, y humillarse. Y Dios lo usó en maneras extraordinarias. Tenia talentos y dones impresionantes, pero al menos que se humillara, y se sometiera a la voluntad de Dios, nunca iba a cumlir el plan de Dios para el.

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